terça-feira, dezembro 3

Opciones


En Español.

 
Si se trata de hambre del alma, ninguna pasión es tan poca que no merezca ser llevada a la boca.
Sin embargo, es fácil ir por la vida sin vivir las pasiones. Casi todo lo que lastima, puede ser mitigado.
El hambre, la indignación, la miseria, el disgusto, la ira, los deseos prohibidos.
Cualquier cosa puede ser pintada de color rosa, maquillada, suavizada por la psicología, reevaluada por el sentido común o intercambiada por alimentos, cigarrillos, medicamentos, ropa, ficción.
Lo difícil es tocar la carne, las heridas, enfrentar los resentimientos. Admitir lo obsceno, lo perverso, lo degradante, el fracaso. Provocar repugnancia, aceptar el dolor, aceptar la muerte, sacrificar las ilusiones edificantes e intercambiarlas por vida.
_ Ah, dejálo.
_ ¡Alto!
_ Píensalo bien!
_ Respira.
_ Dale la vuelta.
La ropa elegante esconde el latido del corazón. La mirada baja desprecia el deseo más ardiente. La sonrisa cubre una revuelta lacerante.
Y vamos pudriéndonos. No porque las heridas ocurran, sino porque son sufocadas.
Al negar los excesos, el miedo, la sangre, el sufrimiento, los gritos, tan legítimos y espontáneos, creamos los dolores más profundos y las más terribles tragedias. Por falta de alivio, por falta de vida.
Cuando desaparezca la humanidad, no será por eventos de extinción, más bien por pasteurización. Por inutilidad absoluta del alma.

Desejo do dia: Sabedoria.

 

 




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Se é uma fome da alma, nenhuma paixão é tão pouca que não mereça ser levada à boca.
Mas é fácil passar pela vida sem viver as paixões. Quase tudo o que dói, pode ser amortecido.
A fome, a indignação, a miséria, a repulsa, a raiva, os desejos proibidos.
Tudo pode ser pintado de cor-de-rosa, maquiado, amenizado pela psicologia, reavaliado pelo bom-senso ou trocado por comida, cigarro, drogas, roupas, ficção.
Difícil é tocar a carne, as feridas, encarar as mágoas. Admitir o obsceno, o perverso, o degradante, o fracasso. Provocar repulsa, deixar doer, deixar morrer, sacrificar as ilusões edificantes e trocá-las por vida.
_ Ah, deixa pra lá.
_ Páre!
_ Pense bem!
_ Respire.
_ Contorne.
A camisa pólo esconde o coração pulsante. O olhar baixo dissimula o desejo mais ardente. O sorriso encobre uma dilacerante revolta.
Assim vamos apodrecendo. Não porque as feridas aconteçam, mas porque são abafadas.
Por negar os excessos, o medo, o sangue, o sofrimento, os gritos tão legítimos e expontâneos, criamos as dores mais profundas e as mais terríveis tragédias. Por falta de alívio, por falta de vida.
Quando a humanidade desaparecer, não será por eventos de extinção, mas por pasteurização. Por absoluta inutilidade da alma.